javier jimenez
Nací en 1987 en una ciudad pequeña, en una familia sin relación alguna con la música. Siempre me han contado que, siendo tan solo un bebé, me sentaba frente a la cadena de música, mirando fijamente, absorto. Supongo que solo era una muestra de la fascinación que los sonidos ya causaban en mí. Y con el tiempo sólo iría a más.
Me regalaron un teclado, heredé una guitarra y con el paso de los años tuve la suerte de poder estudiar violín. Más adelante, empezaría a dedicarme profesionalmente a cualquier cosa relacionada con hacer ruido, ya fuera tocando, grabando o enseñando.
En la actualidad, sigo mirando fijamente a los aparatos que emiten sonidos. A veces les digo cosas, los manipulo y consigo que hagan lo que les pido. Otras, escucho pacientemente lo que me tienen que decir, pero siempre con el espíritu de aquel niño que pasaba las horas embobado frente al tocadiscos.


